EL IVIA APUESTA POR EL RIEGO DEFICITARIO CONTROLADO EN OLIVAR

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El grupo de riegos del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), está poniendo el foco en el manejo de riego, con la aplicación de técnicas como el riego deficitario controlado que, en el caso del olivar, se presenta como una estrategia eficaz para optimizar el uso del agua sin comprometer la rentabilidad del cultivo.

El manejo del riego es un factor clave en la producción del olivar intensivo y superintensivo o en seto, especialmente en regiones semiáridas con limitaciones hídricas. La técnica del riego deficitario controlado, que está probando el IVIA,  consiste en aplicar cantidades de agua inferiores a las necesidades del cultivo durante los períodos menos sensibles al estrés hídrico. En el caso del olivo, el periodo idóneo para la aplicación de riego deficitario es la fase II de crecimiento del fruto, desde mediados de julio a mediados de septiembre (coincidiendo con la etapa de endurecimiento del hueso hasta el inicio de la maduración del fruto).

Conselleria de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca.

Recientemente, a raíz del proyecto europeo Handywater el IVIA, en colaboración con la Cooperativa de Viver, confirmó la viabilidad de esta técnica en la parcela de olivar intensivo ‘Serrana de Espadán’. La aplicación de una dosis del 50 % durante la fase II del crecimiento del fruto, permitió un ahorro de agua de un 25 % sin reducir la producción de aceituna y aceite, y con una mejora de la calidad organoléptica del aceite.

Con anterioridad, el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, ya había llevado a cabo diversos ensayos en la Comunidad Valenciana que han permitido acotar los requerimientos hídricos del olivo en sistema de alta densidad. Entre los años 2014-2019, se realizó un estudio de manejo del riego en olivar superintensivo en una parcela de ‘Arbequina’ situada en el municipio alicantino de Villena. Se evaluaron cuatro estrategias de riego con diferentes dotaciones hídricas y los resultados indicaron que la horquilla de 3.500 – 2.500 m3 por hectárea, y no más, optimizan la productividad técnica del agua en términos de aceite, lo que representa una alternativa viable ante futuras situaciones de escasez de recursos hídricos.

DEL SECANO AL REGADÍO

El olivar ha sido tradicionalmente un cultivo de secano, pero en los últimos años, se ha extendido el regadío en sistemas intensivos (300-600 árboles por hectárea, 8.000-12.000 kg de aceituna) y superintensivos o en seto (1.000-2.000 árboles y 13.000-15.000 kg de aceituna) que pueden, para una misma unidad de superficie, incrementar por treinta la producción tradicional en secano.

Un olivar tradicional en regadío puede requerir dotaciones de riego que ronden los 2.500 – 3.000 m³ por hectárea, mientras que un olivar en intensivo puede llegar a demandar dotaciones de 5.000 m3. En este contexto, el riego deficitario controlado se presenta como una estrategia eficaz para optimizar el uso del agua sin comprometer la rentabilidad del cultivo.

Conselleria de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca.